Economia
Nueva Zelanda tiene una economía de mercado moderna, próspera y desarrollada, con un PIB (PPA) per cápita estimado entre US$ 27.420 y US$ 29.352. El dólar de Nueva Zelanda, conocido como «dólar Kiwi», es la moneda nacional. También circula en las Islas Cook (junto con el dólar de las Islas Cook), Niue, Tokelau y las Islas Pitcairn. Nueva Zelanda tiene un nivel de vida relativamente alto, comparable al del norte de Europa. Ocupó el cuarto lugar en el Índice de Libertad Económica de 2011 publicado por The Heritage Foundation. En 2010, Auckland y Wellington ocuparon los puestos 4° y 12° de la lista de ciudades con mejor calidad de vida realizada por Mercer.
Históricamente, la sólida relación de Nueva Zelanda con el Reino Unido y la gran demanda de productos agrícolas, ayudaron a la población en el logro de mejores estándares de vida que los de Australia o Europa occidental en 1950 y 1970. En 1973, el mercado de exportación de Nueva Zelanda se redujo cuando el Reino Unido se unió a la Comunidad Europea, sumados otros factores, tales como la crisis del petróleo de 1973 y la crisis energética de 1979, llevando a una severa depresión económica. Los niveles de calidad de vida en Nueva Zelanda cayeron detrás de los de Australia y Europa occidental, y en 1982, Nueva Zelanda tenía el ingreso per cápita más bajo de todas las naciones desarrolladas descritas por el Banco Mundial. Desde 1984, los gobiernos comprometidos con una reestructuración mayor en la economía (conocida primero como Rogernomics y, a continuación, Ruthanasia), rápidamente transformaron a Nueva Zelanda de una economía altamente proteccionista a una economía liberalizada abierta al libre comercio.
Después del desplome del mercado de valores de 1987, el desempleo (que había alcanzado un máximo del 10%) fue descendiendo gradualmente hasta el 2007, cuando se registró el récord mínimo de 3,4% (el quinto más bajo entre las 27 naciones de la OCDE). Sin embargo, la crisis global que siguió tuvo un gran impacto y durante cinco trimestres consecutivos el PIB se contrajo, dando lugar a la recesión más larga en más de treinta años. Desde la década de 1970, Nueva Zelanda ha experimentado una serie de «fuga de cerebros» que aún continúa en la actualidad: casi una cuarta parte de los trabajadores altamente calificados viven en el exterior, la mayoría en Australia y el Reino Unido, el mayor porcentaje para un país desarrollado. Estos neozelandeses eligieron vivir y trabajar en el extranjero principalmente debido a la carrera, la cultura y los factores económicos, aunque eventualmente algunos vuelven por razones de familia y estilo de vida. En los últimos años, se han realizado esfuerzos por atraer profesionales de Europa y de otros países menos desarrollados.
Milford Sound, uno de los destinos turísticos más famosos del país.
Nueva Zelanda depende en gran medida del libre comercio, especialmente en productos agrícolas. Las exportaciones representan un porcentaje relativamente alto de su producción, lo que la hace vulnerable a los precios internacionales de productos básicos y a las recesiones globales. Sus principales productos de exportación provienen de la agricultura, la horticultura, la pesca y de la silvicultura, que constituyen aproximadamente la mitad de las exportaciones del país. Sus principales socios mercantiles son Australia, Estados Unidos, Japón, China y el Reino Unido. El 7 de abril de 2008, Nueva Zelanda y China firmaron un acuerdo de libre comercio, el primer acuerdo que China firma con un país desarrollado. No obstante, el sector servicios es el sector más importante en la economía, seguido de la industria, la construcción, la agricultura y la extracción de materias primas. El turismo también desempeña un papel importante en la economía de Nueva Zelanda; en 2010 contribuyó con 15 mil millones de dólares al PIB total del país, además de dar empleo al 9,6% de la población activa. Ese mismo año, los turistas internacionales aumentaron un 3,1%,185 y se espera que la cifra aumente a un ritmo de 2,5% cada año hasta 2015.
La cría del ganado ovino ha sido uno de las principales actividades económicas en todo el país.
La agricultura y la ganadería han sido y siguen siendo las principales actividades económicas en Nueva Zelanda. La lana era el principal producto exportado por el país y llegó a constituir más de un tercio de todos los ingresos de exportación; pero desde la década de 1960, su precio ha disminuido constantemente y la lana ya no es un producto rentable para muchos granjeros. Por el contrario, las ventas de productos lácteos aumentaron y el número de vacas lecheras se duplicó entre 1990 y 2007, para convertirse en una de las fuentes de ingresos más importante para el país. En 2009, los productos lácteos representaron el 21% (9.100 millones de dólares) de los productos de exportación totales, y la compañía más grande en el país, Fonterra, controla casi una tercera parte del comercio internacional de productos lácteos. El mismo año, la carne aportó ocupó el 13,2% de las exportaciones, la lana el 6,3%, las frutas el 3,5% y la pesca el 3,3%. La mayoría de los animales de granja son alimentados con pastos (heno y, en tiempos de escasez, ensilado) y las vacas y ovejas rara vez se mantienen bajo techo o son alimentadas con grandes cantidades de granos. Los cerdos por lo general se mantienen en el interior de granjas y establos. La industria del vino de Nueva Zelanda ha seguido una tendencia similar a los productos lácteos, ya que el número de viñedos se duplicó durante el mismo período, superando a las exportaciones de lana brevemente en 2007.
Durante la década de 1970, el gobierno ofreció una serie de subsidios para ayudar a los agricultores y granjeros, y para 1980 estos subsidios proporcionaban el 40% de los ingresos de algunos agricultores. En 1984, el gobierno laborista terminó todos los subsidios agrícolas, y en 1990 el campo se convirtió en el sector menos organizado de la economía. Para competir con los mercados europeos y estadounidenses fuertemente subsidiados, los granjeros aumentaron la eficiencia de sus operaciones.